Paula Morales nos presenta su primer cortometraje y su primera inmersión en el mundo de la animación. Un mes y medio de trabajo y un total de más 2.000 fotografías condensadas en un minuto y medio de animación.
El cortometraje gira en torno a un escritor que trata de darle un final a su última novela negra de detectives. Corrupción, abogados sin escrúpulos y una mujer fatal se mezclan entre realidad y ficción, en la que un escritor acabado escribe sobre un detective acabado. «Muestra nuestra realidad de país corrupto y saqueado, la que vemos cada día en los medios, la de las cuentas en Suiza de tanto defraudador, es suficiente fuente de inspiración para mezclar con cualquier ficción. Se trata de un corto de animación con plastilina, en blanco y negro donde destaca la rapidez del desarrollo y la potencia de las voces elegidas».
Espero que disfruten del corto, cine negro de plastilina. Una modesta aproximación al género que pretende contar mucho, contando con muy poco.
Rodado con una cámara réflex Nikon D3000, objetivo 18-55, a 15 fotogramas por segundo, más de 2.000 fotos y un mes de trabajo. «La idea era hacer un corto con lo mínimo; el mínimo presupuesto, no llega a 20 euros; los mínimos movimientos, ya que es la primera vez que realizo esta técnica; y el mínimo escenario, en el que las sombras juegan un papel especial».
Para más información podéis leer la entrevista completa realizada por Xavier Vidal para el Cinoscar Summer Festival.
A continuación os dejamos con el palmarés de este cortometraje, que para ser un primer proyecto, no está nada mal:
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